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Nuestro hombre en el Bósforo

'La inesperada virtud de la ignorancia'

'La inesperada virtud de la ignorancia'

Birdman es original e intensísima. Me ha llegado al alma esa historia de la vieja gloria de Hollywood (Michael Keaton), célebre por sus papeles de hombre-pájaro en superproducciones de acción con secuelas varias, intentando convertirse al final de su vida en un actor serio de teatro en Nueva York, dirigiendo una adaptación de Carver para Broadway; mientras el espectador va viendo, en una especie de plano-secuencia continuo y claustrofóbico, todos sus fantasmas en el armario intentando hacerle desistir: su yo más cabrón en forma de hombre-pájaro, su pasado y presente de mal padre y pésima pareja, la hija extoxicómana, lúcida y despiadada (impresionante Emma Stone), el embarazo accidental de la actriz secundaria, su propio alcoholismo parcialmente superado, el primer actor neurótico y salvaje dispuesto a hundirle por celos y pura soberbia (Edward Norton en uno de sus mejores papeles), el poder absoluto de la crítica literaria más feroz, la actriz debutante que lo adora y admira (Naomi Watts), su frágil vocación de actor basada en una servilleta de papel que le firmó Carver en su adolescencia y que él ha guardado siempre como un tesoro en la cartera. Todo destila una ternura insoportable, un humor sutil y negrísimo y una melancolía que lo va envolviendo a uno entre la estrechez de los pasillos del teatro y el cielo desteñido de Broadway.

Un prodigio de guión, de producción, de dirección de actores, de rodaje, de edición, además de un homenaje original y precioso al cine, al teatro y a la profesión de actor.



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