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Nuestro hombre en el Bósforo

Confieso que he leído

Contar, Cortázar: El secuestro momentáneo del lector

Contar, Cortázar: El secuestro momentáneo del lector

Los cuentistas inexpertos suelen caer en la ilusión de imaginar que les bastará escribir lisa y llanamente un tema que los ha conmovido, para conmover a su turno a los lectores. Incurren en la ingenuidad de aquél que encuentra bellísimo a su hijo, y da por supuesto que los demás lo ven igualmente bello. Con el tiempo, con los fracasos, el cuentista capaz de superar esa primera etapa ingenua, aprende que en literatura no bastan las buenas intenciones. Descubre que para volver a crear en el lector esa conmoción que lo llevó a él a escribir el cuento, es necesario un oficio de escritor, y que ese oficio consiste, entre otras cosas, en lograr ese clima propio de todo gran cuento, que obliga a seguir leyendo, que atrapa la atención, que aísla al lector de todo lo que lo rodea para después, terminado el cuento, volver a conectarlo con su circunstancia de una manera nueva, enriquecida, más honda o más hermosa. Y la única forma en que puede conseguirse ese secuestro momentáneo del lector es mediante un estilo basado en la intensidad y en la tensión, un estilo en el que los elementos formales y expresivos se ajusten, sin la menor concesión, a la índole del tema, le den su forma visual y auditiva más penetrante y original, lo vuelvan único, inolvidable, lo fijen para siempre en su tiempo y en su ambiente y en su sentido más primordial.

Julio Cortázar, Sobre el cuento

Borges y el "problemático ejercicio de la literatura"

Borges y el "problemático ejercicio de la literatura"

"Hladík había rebasado los cuarenta años. Fuera de algunas amistades y de muchas costumbres, el problemático ejercicio de la literatura constituía su vida; como todo escritor, medía las virtudes de los otros por lo ejecutado por ellos y pedía que los otros lo midieran por lo que vislumbraba o planeaba...".

Jorge Luis Borges. El milagro secreto

Artificios (1944)


En Borges, el problemático ejercicio de la literatura siempre consistió en una especie de juego, el juego artesanal de un visionario capaz de pergeñar Ficciones, El Aleph, la Historia universal de la infamia o los relatos policiales del apócrifo H. Bustos Domecq, escritos al alimón con Adolfo Bioy Casares.
Me ha encantado redescubrir a Borges veinticinco años después en Artificios. Como con otros autores releídos (desde García Márquez, Cortázar o Vargas Llosa a Truman Capote, Anthony Burguess o Graham Greene), ocurre que la perspectiva actual es completamente distinta, aunque lo que estés leyendo sea lo mismo que a los veinte años. Ahora Borges me ha fascinado con sus cuentos-pesadilla de los años 40, con la angustia omnisciente de Funes el memorioso, el minuto detenido en el tiempo de Hladík en el momento que lo fusilan, la lógica perversa del teólogo Runeberg cuando cree entender que Dios se encarnó en Judas, los crímenes cabalísticos del Tetragrámaton, el punto de vista del traidor y teórico de izquierdas Moon o el descubrimiento del biógrafo Ryan de que la historia de su heroico bisabuelo es una gran mentira adornada con pasajes de Shakespeare.

Creo que es necesario releer a Borges, aunque sea con un diccionario al lado, aunque su nivel de erudición pueda resultar a veces desesperante; al menos, es breve, lo que siempre se agradece. Y resulta grato, y extraño, que sesenta y tantos años después de haber escrito estos relatos tan mínimos, haya conseguido llenar de nuevo de inquietos recuerdos mis noches de insomnio, como las del pobre Ireneo Funes.


 

Ella y su orgía en Nietzsche

Ella y su orgía en Nietzsche

Ana Muñoz de la Torre, alter ego de Ella y factótum del blog La orgía perpetua, os espera hoy viernes 25 a eso de las 20:00 h. en el bar Nietzsche de Madrid http://nietzsche.com.es para presentar su primer hijo en letra impresa. Lo digo por si alguno no se había enterado todavía.

www.laorgiaperpetua.com, nacida como blog, y después ya página web como mandan los cánones, es una originalísima bitácora, que toma su nombre de aquella frase de Flaubert: La única forma de soportar la existencia es aturdirse en la literatura como en una orgía perpetua. Con una cuidada estética, como de burdel fino de los años veinte, esta cordobesa con cara de Romero de Torres viviente (http://www.gens.es/autores/ana-munoz-de-la-torre.php) lleva aturdiendo a un personal cada vez más amplio y variopinto a lo largo de los dos últimos años, con una serie de posts literarios que viene a ser un diario, un salón de los pasos perdidos de la treintañera Ella: Ella y la literatura, y la piscina, y el metro, y el dentista, y el tango, y las XX, y los XY, y las relaciones confusas de unos y otros. Y el sexo, claro, omnipresente en esos posts llamados lametazos y en los comentarios que Ella llama gemidos. Pero nada del sexo que estás pensando tú, oh marrano o marrana: Esta orgía perpetua es la de la melancolía, la de las dudas, la de los amores asimétricos y las amistades que llaman al telefonillo de uno a las cuatro de la mañana llorando a moco tendido, la de la reflexión metafísica postcoitum a las tantas de la madrugada. Es un cuadro perpetuo de Edward Hopper con música perpetua de Madeleine Peyroux. La orgía de Ella, y nada más. Y nada menos.

Desde aquí (y ya que no va a ser posible de ningún modo, maldita sea mi suerte, estar en Madrid hoy viernes) le deseamos a Ana Muñoz de la Torre que esta aventura impresa tenga el exitazo que se merece.  Y bravo para las gentes de Gens, con los deseos de que persistan en iniciativas así de originales, que han de convertirlos, por lo menos, en la nueva Siruela. Y si no, al tiempo.  Guiño  

Decía Graham Greene...

Decía Graham Greene...

¿Habrá en el mundo algún remoto rincón donde un escritor conocido no se tope al instante con personas adultas que todavía desean ser escritores? ¿Encontrarán los médicos hombres maduros que aún desean doctorarse?

Graham Greene, En busca de un personaje