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Nuestro hombre en el Bósforo

Borges y el "problemático ejercicio de la literatura"

Borges y el "problemático ejercicio de la literatura"

"Hladík había rebasado los cuarenta años. Fuera de algunas amistades y de muchas costumbres, el problemático ejercicio de la literatura constituía su vida; como todo escritor, medía las virtudes de los otros por lo ejecutado por ellos y pedía que los otros lo midieran por lo que vislumbraba o planeaba...".

Jorge Luis Borges. El milagro secreto

Artificios (1944)


En Borges, el problemático ejercicio de la literatura siempre consistió en una especie de juego, el juego artesanal de un visionario capaz de pergeñar Ficciones, El Aleph, la Historia universal de la infamia o los relatos policiales del apócrifo H. Bustos Domecq, escritos al alimón con Adolfo Bioy Casares.
Me ha encantado redescubrir a Borges veinticinco años después en Artificios. Como con otros autores releídos (desde García Márquez, Cortázar o Vargas Llosa a Truman Capote, Anthony Burguess o Graham Greene), ocurre que la perspectiva actual es completamente distinta, aunque lo que estés leyendo sea lo mismo que a los veinte años. Ahora Borges me ha fascinado con sus cuentos-pesadilla de los años 40, con la angustia omnisciente de Funes el memorioso, el minuto detenido en el tiempo de Hladík en el momento que lo fusilan, la lógica perversa del teólogo Runeberg cuando cree entender que Dios se encarnó en Judas, los crímenes cabalísticos del Tetragrámaton, el punto de vista del traidor y teórico de izquierdas Moon o el descubrimiento del biógrafo Ryan de que la historia de su heroico bisabuelo es una gran mentira adornada con pasajes de Shakespeare.

Creo que es necesario releer a Borges, aunque sea con un diccionario al lado, aunque su nivel de erudición pueda resultar a veces desesperante; al menos, es breve, lo que siempre se agradece. Y resulta grato, y extraño, que sesenta y tantos años después de haber escrito estos relatos tan mínimos, haya conseguido llenar de nuevo de inquietos recuerdos mis noches de insomnio, como las del pobre Ireneo Funes.


 

3 comentarios

Miriam G. -

De acuerdo con la relectura.

Es curioso como esa vieja regla de medir se fabrica en serie y rápidamente y se usa profusamente en estos tiempos de Internet que nos ha tocado vivir.

Un beso, Miriam G.

Ignacio -

Qué va, Marsu. Era una persona. Con esa frase devastadora sobre "el problemático ejercicio de la literatura" Borges sólo se metía consigo mismo. Pobre Hladík, pasando revista a toda su existencia en el minuto detenido en el tiempo en el que lo fusilan...

Si Borges siempre fue un esteta y un visionario, en "Artificios" creo que se encuentra el extracto de Borges más puro y concentrado, como en un frasco de Bovril. Hay que releer "Artificios" siempre. Incluso aunque no escribas.

Marsu -

Hladík era un espabilado...